viernes, 3 de mayo de 2013

Del viñedo a las viñas



Querida hermana:

Qué pues diremos cuando de ti se hablare?  Eres acaso como un muro o como una puerta?

Para construir los muros se cavan los cimientos, se echan mano a la barra, a la dinamita y al azadón, se ubican las piedras con inteligencia y los rastros del sudor de la frente están entre tus paredes, muros gruesos que son tu soporte. Si eres un muro sobre ti edificaremos lo que alcances a soportar, dos torres que te sostienen como las piernas, una cintura y dos pechos. Sobre ti se edificara un gran palacio de plata y dentro de ti vivirán las naciones que darás a luz cuando de ti vierta la vida.

Pero si fueses una puerta? Te guardaremos con tablas de cedro y con alambre de púas las entradas a tu corazón. Pequeña! Acaso no sabes que estas hecha de los materiales más puros? Del cuarzo, el zafiro, la esmeralda y tu piel fue perfumada de lirios y mirra? Porque no logras darte cuenta que solo las cosas valiosas se cuidan con grandes muros, cerrojos y guardas. Yo tuve la oportunidad de hablar con una mujer que nació del lodo, y te puedo decir que los materiales de tu cuerpo son distintos!

Hermana! Cuida y pon cerraduras en tu corazón como cuidan los centinelas de aquellos cerros de príncipes, mientras tanto báñate de mirra, perfuma tu piel y sazona tu inteligencia, porque viene el día en el cual necesitaras salir a la luz en todo tu esplendor.

Con Cariño

Carola

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