Yo tenía 5 años, miraba hacia el cielo porque todo
me quedaba alto. Mis padres tenían dos amigos que habían salido de su país en
busca de días más felices, estoy segura que buscaron y buscaron hasta que llegaron a Guayllabamba-Ecuador donde residieron
por 10 años; yo los observaba mucho, eran muy diferentes a lo cotidiano, tal
vez por eso me parecían, muy simpáticos, amigables, sonrientes, tocaban la
guitarra, cantaban y eran muy muy felices, jamás vi un grito o un mal trato
entre ellos. Puedo decir con certeza que se amaban mucho.
Yo tenía mucha curiosidad de saber cuál era ese país
del sur de Latinoamérica, por alguna razón yo imaginaba que la gente feliz
provenia de ese lugar… mientras me miraba en un espejo me preguntaba si tal vez
yo recordaba en donde se me perdió la espontaneidad, nunca supe en donde la
olvide... pase a intentar racionalizar el mundo y en el camino yo regresaba a
ver por si recordaba en donde se me había caído la felicidad del corazón...
pero mi mente se nublo y no lo recordé nunca más. Solo recuerdo que cantaba
mucho, hablaba con las flores y hacia pociones para que la gente se sanara por
medio de los poderes de las estrellas y los aromas de las rosas, ahora me
encontraba estudiando medicina e indudablemente la gente no se curaba con
flores ni con el poder de las estrellas.
Un día me canse, respire profundo y decidí dar un
paso al vacío, me arme de valentía me ceñí de coraje, había decidido no perder
la tenue luz que apenas titilaba como llama celeste en mi corazón casi por
apagarse, salí corriendo y busque un mapa de América del Sur y lo recorrí con
mi mano hasta encontrar al borde costanero del Pacifico a un país que se
llamaba Chile, leí mas sobre su geografía, clima, moneda... Pablo Neruda,
Alberto Plaza nacieron en ese lugar bello, lleno de playa, mar, mariscos
deliciosos y mucho frio. Viña del Mar pertenecía a una de sus costas, solo con
pensar que Juan Luis Guerra cantaba en ese escenario para mí era máximo!... Mas
yo solo andaba en busca del inicio, intentando que la llamita no se apagara, tenía
la ligera sospecha de que no todo lo que dicen los libros de medicina era
verdad, los pacientes en el hospital son un mundo muy diferente al pintado en
el libro pero no sabía cómo comprobarlo, dudaba de mi carrera, de lo que veía o
de mi misma, no lo sabía… así volví a acostarme boca arriba en el patio de césped
de la casita pequeña de Guayllabamba donde crecí, con la cara al cielo otra vez
y le pedí a mi Ser Superior que me mostrara en donde me perdí. Camine por los
mismos senderos, me senté bajo la sombra de los mismos árboles, dije... tal vez
en el país de la gente feliz haya algo que yo no recuerdo... y así llegue
a Chile, pensando que la gente por alguna razón en especial era feliz en
ese pedacito de Latinoamérica.
onde se habia extraviado mis ganas de cantar y
hablar con las flores, desde cuando tocar la guitarra y cantar Violeta Parra
era una desocupacion y no una forma de denuncia?
Cuando al fin me encontraba caminando por las
calles de Santiago había una magia que no puedo explicar, las calles solas me
contaban la historia las influencias francesas, españolas, italianas, alemanas
se imponían una a la otra mezclándose poco pero hablando fuerte. En otro lugar
la migración era notoria, el dolor y la desigualdad muy marcada, gente de Perú
y Bolivia conglomerada viviendo en hacinamiento por trabajos muy esforzados,
ellos estaban reunidos en el centro de Santiago, eran tomados de menos por su orígenes
y las facciones de sus rostros que no dejaban olvidar sus raíces.
El metro es una cosa sensacional, una ciudad de 5
millones de habitantes (la mitad de mi país completo) estaba almacenada en un
solo lugar alargado encajado en medio de la Cordillera de los Andes y el borde
costero del Pacifico, muchos dicen que la gente chilena es muy cerrada debido a
su geografía.
Santiago está muy bien dividida por clases
sociales, desde las montañas altas donde está la gente de alta clase cerca de
los Centros de Ski y Campos de Golf hasta el otro extremo en donde la gente está
viviendo de la prostitución y el narcotráfico, hijos sin padres, padres con otras
pareja, y hermanos de diferentes padres y madres. A primera vista la gente es
muy amable, si te ve con un mapa están prestos para ayudar y mostrarte el
camino, pero no te alegres mucho porque así como sus casas, es pura fachada.
Al segundo día de mi estancia en Santiago me
contaron sobre el edificio más alto de Latinoamérica, que muestra el centro del
capitalismo y del extremo consumismo que me va contando la gente y los periódicos,
mientras van pasando los días y yo voy caminando por sus veredas. El paseo
Ahumada es una calle amplia con ríos de gente todos los días entrando y
saliendo de grande almacenes abastecidos de todo lo imaginable, cada día al
menos dos veces al día entra un santiagino promedio a comprar algo,
principalmente útiles de aseo, bebidas y artículos de hogar (debí guardar los periódicos)
El país con el más alto PIB empezaba a hablarme de su ciudad y su historia
solito, sin ayuda de nadie que explicara por demás.
Empiezo a recordar las ganas y el amor que tenía
por Cuba y las decenas de veces que intente ir con todas las fuerzas de mi corazón
y no lo logre por que el destino no me quería en ese momento tan lejos de casa,
pero ahora estaba en Chile y por alguna razón tenía que ser; caminaba por las
calles de Santiago y le pedía a la ciudad que se mostrara tal cual es, que me
contara su historia y que hablara claro la razón por la cual yo había pisado
suelo chileno, tenía un mes y medio para averiguarlo.
Imagines, conversaciones audibles, situaciones específicas
y ver cara a cara a mis amigos de la infancia después de 15 años era vivir un
de Deja Vu, luego de estar un mes muy cercana a ellos entendí que la cosa no
iba por el compañerismo y el amor de amistad, esta ciudad estaba encantada y yo
tenía sensaciones muy extrañas con ella, nunca antes había sentido discordancia
con el tiempo y el espacio, tenía escenas en mi cabeza muy desconcertantes y la
gente con la que debía hablar se me paraba al frente con expresiones muy raras
y preguntas muy raras, cuando empezaba a creer que esto estaba fuera de lo normal
el cosmos se encargaba de hacerme saber que no era así y que debía estar
tranquila, mas allá de un Deja Vu desequilibrante para mi vida, era el llamado
para un inicio y un final, o tal vez para una conexión especial, muy extraña
forma del Universo en tratar de llamar mi atención…y ahí estaba intentando
abrir las manos y el entendimiento para recibir el regalo que debía recibir.
Caminar por las calles de Bellas Artes era de alto voltaje emocional porque de
alguna forma mágica yo ya conocía las calles y las cosas como tiendas, gente,
etc, y decidí no caminar más por ese lugar hasta estar muy segura que no era
una broma de mal gusto de mi cerebro analítico y aséptico, Puerto Varas y
Valdivia fueron determinantes en confirmar que no era una mala ilusión mía sino
varios espisodios confirmados de Deja Vu´s en mi estadia en Chile, habia algo,
algo habia y yo tenia que saber que era.
Luego supe que no estaba tan loca y que Chile está
llena de gente mucho más loca que yo, alguien me explico muy bien las cosas
raras que pasan en ese país, y porque empezaron a pasarme a mi (después de
haber vivido con mucha cordura por mucho tiempo en otros países) El inicio
entre el equilibrio masculino y femenino habia comenzado y toda la energía del
Tibet había viajado causando una cantidad de terremotos y desequilibrios energéticos
geográficos hasta posarse en el Valle del Elqui, si esto me contaban apenas
pisaba el aeropuerto yo me hubiese reído mucho, pero después de las mil cosas
muy muy muy extrañas que me pasaron yo ahora estaba muy ávida de una explicación
coherente.
Este pais esta muy lejano de tener paz en sus
calles, en sus camas y en sus almohadas, la gente es cerrada, agresiva en el
trato, desconfiada y hermética como su clima, pero no tengo queja porque eso
fue lo que fui a hacer, conocer a Chile, el viaje se dividió en dos partes muy
interesantes en su lado derecho todo el amor que nunca pude imaginar y por el
lado izquierdo la dureza de la realidad chilena, las manifestaciones en las
calles, la agresividad de los carabineros, la hostilidad de la gente
desconocida cuando intentas entablas amistad con ellos, el frio de Puerto
Varas, la indiferencia, lo despectivos por venir del país pobre, pero todo eso
fue solo el inicio para abrirme las puertas de este duro y empuñado país. la
gente llora de dolor en las calles y esta enfurecida con el gobierno, está
enlazada al cuello por los bancos y los megamercados manejan a la gente de los
hilos como el titiritero, el consumismo, el neoliberalismo tiene cegada a la
gente, gasta el dinero que no tienen, no ahorran, comen alimentos fabricados y
modificados con productos transgénicos, su literatura, arte, poesía grita
libertad de la opresión del consumismo, las reuniones caseras encienden la
marihuana para ponerle pausa al ritmo acelerado de sus pies, de sus manos y del
trafico mental, el yoga se posesiona para intentar calmar el alma, cualquier tipo
de alternativa terapéutica para parar el alto consumo de ansiolíticos y
antidepresivos está a la orden del día para apaciguar la sed de paz y quietud
en su espíritu, se podrá comparar algún día la paz y aire puro con las
utilidades de las comprar de divisas? Nunca antes llore tanto por el dolor de
una sociedad, pero tampoco nunca antes sentí tanto amor y cariño, en el mismo
tiempo Santiago sacaba lo mejor de mí, me estrujaba el alma pero de mi
destilaban los mejores escritos, las mejores ideas y camine lo que camino en 3
meses en Quito; me encanta la dureza y la fuerza que salía dentro de mi como
lava ardiendo, la expresión en la poesía, la pintura y en las manos de Víctor
Jara me encendía el alma con fuego que consume y decidí no salir de ese lugar
sin llevarme conmigo el mensaje completo... comencé a buscar y buscar y no
descanse hasta que el rompecabezas se armó completo, mis imágenes, los deja Vu
y las cosas que soñaba, se materializaron, mi escepticismo termino como hueca banalidad
y trato de segunda mano, mis sentidos se habían abiertos y ahora eran tan torpe
como antes de aprender a caminar, esa mañana volví al Cerro Santa Lucia por
otro favor... pedir al Ser Superior que me dejara al menos caminar sola para
poder regresar a mi país, estaba a una semana de regresar a casa: la resolución
de las muertes, el misterio con el pasado, las imágenes los sueños, la
realidad, el hospital, las estadísticas, el contacto con la gente, mis ahora
nuevos amigos maestro guía del Raiki y la reunión con las Doulas sellaron mis alucinaciones
en realidades tocantes y por eso estoy muy feliz.
De salida de Chiloé solo bese el piso y dije
gracias, quiero regresar a casa, mi madre está en el hospital, mi familia
chilena está perdida también y yo solo quiero volver a casa, me cubrí con la
manta obsequiada y llore por 3 días. Luego me levante y comí de las uvas y bebí
de los vinos, moje mi marraqueta en aceite de oliva y pebre.
Chile es el país más fuerte que conozco, tiene a
la gente más hostil que he conocido pero saco lo mejor de mí. Nunca regrese
igual a casa y me ha costado acostumbrarme otra vez. aprendí desde la A a Z y
hoy el corazón se me derrama de amor, de luz y paz, mi corazón se ha abierto
como una flor entrada la primavera que saluda al sol y se baña de roció,
levanto mis ojos al sol cada día, hago el ornato de mi corazón, envuelvo a mi
cabeza con humildad para ordenar y limpiar con el objetivo de compartir el
mejor de mis regalos y mis dichas, acaricio mi cuerpo con los rayos del sol en
las mañanas y por las noches la luna me deja regalos de estrellas en mi puerta.
Mi corazón se ha desbordado, no puedo recoger con mis manos el desborde de mis
graneros y la pequeña lucecita es como fuerte sol de verano, ahora me inclino
con la frente a la tierra cada noche como aquel día en Castro después de no
tener palabras para agradecer ver la Cruz del Sur y las Tres Marías junto a un
centenar de estrellas que me hablaron aquella noche de mi destino, el propósito
de mi nacimiento en la tierra y las cosas que todavía tenía que cumplir.
Amo a Chile como al fuego que purifica las piedras
preciosas, para convertirlas en bellas yogas y piezas de arte.
Con amor a Chile gracias por tus puertas abiertas
para mí.
Carolina